Resplandor de la Luz

-Quinta y última entrega 5/5-

 

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                                                        Aristóteles y Plotino

Germán Bravo

Con Aristóteles (384-322 a.n.e.) se consolida el concepto Physis bajo la acepción de Ousía; es decir, Substancia. Si bien, por las deficiencias del lenguaje, con el concepto Substancia se concebía tanto a la materia como al Espíritu, Aristóteles solucionó esta paradoja haciendo una clasificación de la Substancia en dos tipos; Substancia Primera y Substancia Segunda. Con el concepto de Substancia Primera designaba al Ser; es decir, a la Divinidad, a lo Uno absoluto e inmutable, la causa inmanente de la existencia de las cosas naturales. Y como Substancia Segunda a una materia sutil, que es el Alma Universal o Éter.

A la Substancia Primera, Aristóteles también la denominó “El Primer Motor”. De manera, que con esto es suficiente para demostrar el fraude cognoscitivo que hizo Santo Tomás de Aquino (el Cristianismo), en el siglo XIII de nuestra Era, para tomar como bandera a Aristóteles; pero el “Dios” de Aristóteles no es antropomorfo, no es un hombre, como el dios del Cristianismo: Jehová.

Por otra parte, le debemos a Aristóteles la invención de la Ciencia de la Lógica como instrumento para encontrar la Verdad, la cual aún está vigente en nuestros tiempos.

Aristóteles “resuelve” la problemática del Ser y el No Ser surgida desde Parménides, diciendo: “El Ser se dice de muchas maneras”; ya que el concepto Ser, aparte de ser unívoco es analógico.

En cuanto a las tres partes el alma de que hablaba Platón, dice Aristóteles que: “Lo único divino del alma humana es el Nous (el espíritu)”.

Después de Aristóteles ya no hay producción filosófica en Grecia, sólo quedaron algunos difusores de la filosofía socrática, conocidos como “Los socráticos menores”. Pero con Aristóteles quedó sentada la máxima concepción de “Dios” como Substancia, Esencia, Ser o Espíritu. Esta es la Luz que Grecia había recibido para ser difundida por el mundo.

Por otra parte, en Grecia quedó consolidada la comunicación con los seres divinos o espíritus, la cual fue denigrada en la Época Medieval porque la religión  la tergiversó y la fundamentó en lo sobrenatural; lo cual trajo como consecuencia que los pensadores racionales la denominaran peyorativamente “misticismo”; nombre que en nuestra época de luces ha sido utilizado para denigrar la comunicación con los espíritus. Hay que decir que en Grecia las comunicaciones con los espíritus gozaban de mucho prestigio y que sus principales seguidores eran los sabios.

Si bien con Aristóteles culmina la producción filosófica de Grecia, no obstante en el siglo III de la Era Cristiana, paralelo al desenvolvimiento del nuevo Cristianismo (el Cristianismo Niceno), aparece un gran pensador conocido como Plotino (205-270),  quien basado en la filosofía de Platón, creó lo que fue conocido posteriormente como el Neoplatonismo. Plotino complementó y estructuró el pensamiento filosófico de toda Grecia, consolidado en la doctrina del Panteísmo; consistente en la existencia de una única Substancia Divina, que él denominó Lo Uno, de lo cual surgió todo lo que existe en el Universo. Nos dice Plotino que de Lo Uno emanaron tres hipóstasis o substancias. La primera estaba constituida por el Espíritu; la segunda por el Alma Universal o Éter, integrada por una materia sutil; y la tercera por la materia densa. Esta sabiduría de Plotino constituye el gran secreto de la sabiduría ancestral, la cual está sintetizada en el gran Trimurti esotérico, que los hebreos describieron en el Árbol de la Vida, en su primera parte, como Kether, Chokmah y Binah.

Plotino utiliza un símil muy didáctico que sintetiza su idea; dice que LO UNO es como un foco que esparce su luz por todo el Universo, en la medida que se va esparciendo va perdiendo densidad y se va opacando su luz hasta llegar a la total oscuridad; pero es la misma luz que las limitaciones del ojo humano no puede percibir.

Esta teoría emanatista de Plotino destierra la existencia de la Creación en los términos expuestos en el texto bíblico. En los griegos es totalmente ajena la idea de un dios antropomórfico creador del Mundo.

En definitiva, Plotino reactiva la sabiduría griega, la cual influirá mucho en la Época Medieval, aunque tergiversada.

Si bien los griegos difundieron gran sabiduría, no obstante sus contemporáneos tampoco pudieron entenderla, porque aún no eran los tiempos; todavía el entendimiento humano no estaba preparado para tan magna aprehensión. Los pocos que lograron entenderla eran espíritus de luz que tenían la misión de difundirla; como fue el caso de Marco Tulio Cicerón, quien la introdujo en Roma en el siglo primero antes de Jesús de Nazareth.

Por otra parte, hubo otro sector que vislumbró su grandeza y se dedicó a combatirla; este sector fue el Cristianismo.

En conclusión, los griegos recibieron el Resplandor de la Luz y cumplieron cabalmente su misión de difundirla. En la actualidad toda la filosofía del mundo occidental está fundamentada en los pensadores griegos; a pesar que el Cristianismo sigue predicando que la Filosofía es una cosa del Demonio.

(Próxima entrega: Resplandor de la Luz Espiritual)

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